El pasado 8 de julio un grupo de inversores entregaron en el juzgado número 5 de Madrid un total de 166 firmas de clientes solicitando que se nos devuelva el control de la empresa para poder seguir operando, independientemente de que el procedimiento judicial siga su curso.
Esta iniciativa se desarrolló por clientes que se comunican por grupos de facebook y a través del correo electrónico afavordelonuestro@gmail.com
El sumario permanece desde antes del verano en manos de la fiscalía, es de suponer que para emitir su informe final. En cuanto devuelvan la documentación al juzgado se adjuntará a la misma la petición con las firmas y el juez instructor podrá tomar las medidas que considere adecuadas.
Desde el primer momento he insistido en que la única forma que tienen los clientes de cobrar es a través de la empresa -perfectamente legal- en la que voluntariamente invirtieron. Si yo como gerente firmo lo que pretende la parte contraria, liquidan dicha empresa y quedan justificados para apoderarse de sus activos mientras nos cargan con la deuda a nombre de particulares... lo que no es en absoluto lo que los clientes firmaron, y los condenaría en la práctica a quedarse sin su dinero.
¿Con qué cuentan para lograr esto? Su fuerza bruta está en los cientos de clientes a los que han ido persiguiendo para conseguir que denuncien. Con ello amenazan a los responsables de la empresa con muchos años de cárcel. Y la resistencia de una persona para defender a quienes no quieren ser defendidos tiene un límite.
Incluso en el peor de los casos, si llegamos a juicio y la parte contraria consigue lo que quiere, seguiré considerando clientes de la empresa a quienes están apoyando su continuidad y solo a estos. Pero eso puede suponer esperar años hasta que tengamos una nueva oportunidad de que nos devuelvan lo nuestro y nos permitan volver a operar.
Creo que tanto los denunciantes como los que guardan silencio y se conforman con la situación actual deben acudir ahora a quienes promovieron el ataque contra la empresa para que les expliquen claro qué les ofrecen. Y con esos datos tomar su decisión: luego será tarde para quejarse.
Es imprescindible mantener el máximo respeto al proceso judicial. Su señoría el juez instructor es quien tomará cuando considere oportuno la decisión de archivar el caso y devolver la empresa a la situación de mayo de 2011 o decretar la apertura de juicio oral.